¿Con whisky o yema de huevo? Los cafés invernales.

Tres super recetas cafeteras para combatir el frío.

No es nuestra primera ola de frío, pero te prometo que será la última con estas bebidas. Calentitas y deliciosas, hoy te traemos las mejores recetas de invierno con café.

“Para el frío lo mejor es el dos y uno comiendo oreja” suele decir mi amigo Gonzalo, cuando me visita con la nada secreta intención de tomarse un cafecito “diferente”. Si bien no comulgo con estilo de música preferido de mi querido amigo y nunca estuve de acuerdo con aquello de “azukita pa’l café”, su célebre frase me inspiró para compartirles estas tres recetas; dos con alcohol y una para el conductor designado. Dejate llevar…

Clásico entre los clásicos: Café Irlandés

Es sin dudas la bebida alcohólica a base de café mas popular en el mundo, su origen se remonta a la década del 40 del siglo pasado. Si bien existe una controversia en cuanto a su creación, la versión mas extendida es que por allá por 1942 una tormenta provocó el retraso de un vuelo de la aerolínea Pan Am en el aeropuerto de la turística ciudad de Foynes en Irlanda.
En una época dónde se volaba con mucho mas confort y estilo, varias fueron las horas que los pasajeros debieron esperar hasta que amainara, sometidos al riguroso clima, lo que representaba una verdadera calamidad.
Joe Sheridan, quien era cocinero del restaurante del aeropuerto, decidió entonces servir a los congelados viajeros un café bien caliente con un poco de whisky irlandés cubierto con crema de leche batida y azúcar.
Desde luego que mezclar café y alcohol era una costumbre muy extendida sobre todo en la clase trabajadora; al añadir la crema la mezcla adquiere una textura y sabor mucho más delicado y elegante

Ingredientes:
  • 2 cucharaditas de azúcar morena
  • 25 ml de whisky irlandés (corresponde al contenido de una botellita miniatura)
  • 100 ml de café (esto es aproximadamente media taza de té)
  • Crema doble batida a gusto (pero si el gusto abunda, mejor)

Café Irlandés

Preparación:
Las proporciones indicadas arriba corresponden a una copa pequeña, de las que se usan para servir el “cortado chico”, la cual recomendamos siempre pre calentar mientras preparamos el café. Para esta bebida en particular suelo elegir granos que me brinden cuerpo denso y sabores a chocolate y caramelo, y prepararlo en una Moka Express.
Mientras se filtra, descartamos el agua caliente que colocamos en la copa para calentarla y diluimos por completo el azúcar en el whisky.. Luego agregamos el café y la crema doble batida a punto chantillí.
Como suele suceder son infinitas las variantes de esta receta; hay quienes lo sirven con un poco de canela espolvoreada sobre la crema, otros mas osados gustan de flambear el whisky con el azúcar.

Para volver a la raíz: Mocha Africano

Si, soy fanática del licor de Amarula y es por puro capricho que decido compartir esta receta. Nacido en Sudáfrica y multipremiado internacionalmente, este licor es popular por su sabor a caramelo, con un aterciopelado toque frutal que combina maravillosamente bien con los granos arábicos colombianos, suelo elegirlos de tueste medio con notas de frutos secos y filtrarlos en mi French Press.
No menos importante que la elección del café, es la del chocolate, que debe ser derretido cuidadosamente para no estropearlo. Es necesario usar un chocolate que tenga al menos un 65% de cacao.
En la taza obtendremos una bebida deliciosa con un delicado equilibrio entre acidez y dulzor, llena de sabores, con mucho cuerpo y un muy sutil toque de alcohol.
Te desafío, a que cambies el chocolate amargo, por chocolate amargo perfumado con menta (ésta es la parte de comer la oreja).

Ingredientes:
  • 25 ml de Amarula
  • 50 ml de chocolate amargo derretido (más o menos una barrita y media gramos y a 70% de cacao)
  • 100 ml de café

African Mocha

Preparación:
Derretir cuidadosamente el chocolate con un poco del licor. Colocar en la copita previamente calentada e inmediatamente agregar el café recién preparado y completamos con el resto del Amarula. Esta misma preparación se puede hacer sustituyendo el Amarula por Bailey´s, pero el resultado es otra bebida diferente para la cual recomiendo cambiar el perfil de sabor del café.

Café vietnamita: yema de huevo y leche condensada

La particularidad de este café es que la receta original requiere granos exclusivamente de la variedad robusta. Vietnam es el primer país productor de esta variedad y en su territorio se encuentran varias de las plantaciones de café robusta más antiguas del planeta, reivindicados por su calidad por toda una corriente de Baristas, pero ese es otro tema.
En la década del 50 escaseaba la leche fresca escaseaba en Hanoi y al propietario del Giang Café se le ocurrió la idea de agregar yema de huevo a la leche condensada que venía enlatada para hacerla rendir más. Hoy en día ningún café de la ciudad puede excluir esta preparación de su oferta convirtiéndose en in ícono gastronómico.
Los vietnamitas obtienen su café utilizando un filtro individual llamado Phin que requiere una molienda gruesa. El café tiene unos cuantos minutos de contacto con el agua por lo que contiene un buen aporte de cafeína y amargor. Si no disponemos de un Phin, bien podremos obtener un resultado similar usando la French Press, siempre y cuando respetemos la regla de usar granos de robusta.
La combinación con las yemas batidas “a blanco” con la leche condensada da como resultado una taza densa de textura mantecosa y dulce que es… la gloria.

Ingredientes:
  • 100 ml de café
  • 2 cucharadas soperas de leche condensada azucarada
  • 1 yema de huevo

Preparación:
Se baten juntos la yema y la leche condensada hasta que la mezcla quede casi blanca. Una vez servido el café (no olvidar precalentar la taza) se le agrega la mezcla anterior y se disfruta.

Phim

Bonus Track: ¡Receta de leche condensada casera!

Porque las cosas buenas de la vida hay que compartirlas, les dejo esta receta que me ha cambiado la vida y el presupuesto de muchas de mis recetas; la mas sencilla y económica de todo el condado.

Ingredientes:

  • 1 taza de leche en polvo entera
  • 1 taza de azúcar
  • ½ taza de agua
  • 1 cucharada sopera de manteca (10gr)
Preparación:

Calentar el agua con la manteca hasta que rompa el hervor. Apagar el fuego y colocar en la licuadora. Agregar la leche en polvo y el azúcar y licuar por unos minutos. Dejar enfriar y envasar en frasco de vidrio en la heladera donde puede conservarse hasta una semana, lo cual es muy optimista porque te juro que te la vas a terminar en dos días. Esta receta, al igual que la de lata, puede usarse en cualquier preparación en la que se requiera leche condensada.